Seamos sinceros:
No se puede pensar que invadir países sale gratis. No se puede pensar que semejante acto de barbarie no tendrá consecuencias.
No se puede pensar que reprimir y esclavizar deba ser el modo en que conseguimos lo que deseamos. Dicen “ojos que no ven, corazón que no siente”, pero se han olvidado de aquellos a los que nos queda la memoria, más allá de la ceguera.
Llenamos los depósitos de nuestros coches, cada día, con sangre de todos los rincones del planeta. Sangre que de tan espesa y quemada se ha vuelto negra y con olor a gasolina.
Tiramos comida por toneladas cada noche, esa misma comida que negamos a miles de millones de seres iguales a nosotros. ¿De verdad esperas que la gente se quede a morir de hambre en sus casas?, ¿crees que se quedarán mirando tras la frontera como un indigente mira tras la cristalera de un restaurante?
Cuando nos resfriamos tomamos dos aspirinas. Hoy todavía hay muchos lugares donde la gente muere a causa de enfermedades curables.
Nos armamos hasta los dientes con pistolas, cañones, tanques, aviones, misiles…
…mientras le contamos al resto que ellos no pueden hacerlo: los humanos buenos solo somos nosotros (sic).
Pensamos “el terror no tiene justificación” cuando lo que no tiene justificación son nuestros terrores. Sobre todo porque normalmente nadie quiere enfrentarse a ellos.
Llevamos cientos de miles de años progresando sobre el sufrimiento de los demás.
Llevamos cientos de miles de años controlados por el poder de “los jefes de la manada” cuando somos muy conscientes de que dichos jefes solo valen para aspirar a ese poder y mal utilizarlo cuando lo poseen.
Vivimos porque muchos mueren en este sistema pestilente.
Este sistema que hiede a amor calcinado, que a menudo me hace llegar a las náuseas, un olor a carne lacerada desde cada rincón del planeta que no me deja dormir.
Necesito alejarme.
Constatar que hay gente que aún no vive en 1984.
Porque sobre todo odio el terrorismo: el organizado y el de estado.
Sueño con ver juntos en un banquillo a Bush, Aznar, Blair, Bin Laden, Saddam, Putin y otros tantos como ellos... juntos en el Tribunal Penal Internacional acusados de crímenes contra la Humanidad.
Porque me duelen todos y cada uno de los inocentes que mueren en este mundo.
¿Sabes?...
...Cada tres segundos muere un niño.
1,
2,
3.
Hay un cálculo de esos segundos para gente como tú.
Y para gente como yo.
A cada rato uno menos en esta lotería demencial del progreso acelerado donde ya no nos espantamos de nada ni tenemos nada en que creer.
Es tanta la costumbre de la sinrazón...
Pero cada día menos gente vive engañada. Da igual que sea en Iraq, en USA, en China, en Europa…
Da igual porque cada día más perdedores de la lotería (y somos la inmensa mayoría) se cansan de jugar.
Y al final hay a quien le va a tocar quedarse todas las papeletas.
¿Adivinas a quien le va a tocar la jodida rifa?
lunes, noviembre 16, 2009
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