Solo se crear. Es lo único que se me da verdaderamente bien, aunque no desespere en intentar mejorar otros aspectos de mi mismo.
Solo he tenido el sueño, desde que tengo conciencia, de reflejar de un modo u otro aquello que se agolpa en mi cabeza. He escrito, de manera infructuosa, para intentar plasmar la conciencia. He surcado con colores las intenciones (porque de momento todo lo que he pintado son solo intenciones). Fluí para sacar de la rima el ritmo de los latidos.
He procurado el camino de la sencillez en torno a la idea de que nada nos hace más libres y ricos que la expresión consciente de nuestro cerebro (¿alma?).
Y aun soy joven.
He cometido millones de errores basados principalmente en la naturaleza sinérgica humana que nos gobierna. Pero el arte, la vida, se construyen de experiencias, tropiezos, mentiras para exponer la belleza o para usurparla, locuras o el ego de la creación concentrado en la espuma cuántica que nos compone…
Solo creo en mi consciencia.
Nada me resulta más real que ella, pues este mundo, esta vida, este momento, pueden ser cualquier cosa. Un sueño o la nada, una simulación o un juego de marionetas a escalas fuera de nuestra capacidad de comprensión, un valle de lágrimas rumbo a un juicio o sencillamente el todo, y por tanto, ya el paraíso.
Mi consciencia baila con la realidad, torpemente, a pisotones, intentando comprender cual es el orden de los pasos que me permitan un movimiento grácil. No es sencillo.
Vivo, ¿vivimos?, en una realidad cruel y sin posibilidad de freno, una realidad usurpada por la marabunta de la inmundicia encarnada en actos. Nos pretenden para la secta del Mammon.
Todos estamos encadenados a la marcha ¿sin remedio? del progreso globalizador hecho sistema de esclavismo a través de grilletes de papel dinero y látigos que fustigan con colas de tres bandas magnéticas.
Me he jurado a mi mismo ser houdini, para deshacerme de los eslabones que me oprimen, pues solo puedo aspirar a gritaros desde fuera de la caverna en la que, como en el mito, estamos presos. Y ni aun así puedo escapar más allá de la entrada, haya o no barreras, pues no se puede sobrevivir solo fuera.
He vivido estos últimos años creando solo para beneficio “mammónico” de otros, solo para su gloria, como un Winston Smith cualquiera.
Crear para la publicidad, hoy, se me antoja como trabajar al servicio de la mentira universal: el consumo de sueños prefabricados, la pretensión de que vivamos vidas que no sean la nuestra. Pretenden robarnos la vida, NOS LA ESTÁN ARREBATANDO.
En vez de procurar que seamos válidos, independientes, conscientes o útiles nos quieren bobos y especializados como hormigas, que van por ahí realizando su trabajo, chocando o, como mucho, frotando sus antenas. Se pretenden reinas para hacer de nosotros los zánganos, aspirando a convertirnos en proles o, en el peor de los casos, miembros de los partidos, las corporaciones, los ministerios o los ejércitos.
Yo me niego pero no se puede escapar, vivimos tras las rejas del bolsillo, así que solo nos queda luchar.
Me he deshecho de mi puesto de “creativo” al servicio de la mentira.
Quiero CREAR de verdad, de una vez por todas, libre.
Me he cansado y me he deshecho del miedo atenazante de una vida sin opulencia, de la seguridad paradigmáticamente estúpida ofrecida por el TENER, para cambiarla por el DAR.
"Todo pasa. Sólo el verdadero arte es eterno." Gautier
Por eso solo aspiro al arte.
El arte verdadero lo es todo. La realidad que nos compone, vivida desde dentro de cada uno de nosotros… es arte puro. Cada pequeño acto añadido al mar de sucesos del universo es igual al reto de crear: desde el nacimiento de la intención, hasta el final del acto, la obra, que nos refleja finalmente. Considero mi consciencia arte. Considero la vuestra arte.
Comenzamos pintando en las paredes de la caverna, aquello que nos sugerían las sombras danzantes de este mundo, formas alargadas en tonos rojizos por la iluminación del fuego. Hoy hemos vuelto a las paredes de la caverna, cuando los milenios de evolución las han enlucido con ese cemento gris, que oculta hasta la propia naturaleza biológica de nuestra cueva antaño oscura y hoy iluminada por el neón. Hemos vuelto para pintar los gritos coloridos, tan grandes como Titanes, que nos hagan soñar, que nos den valor para que nos vayamos de una puñetera vez. Hemos vuelto para contar una verdad de la que no podamos escapar aunque matéis al mensajero.
No soy un mercenario. No tengo un precio. He venido, libremente, a compartir mi consciencia con todos por medio del arte.
He venido a decir lo que pienso, igual que muchos otros, porque considero que ha llegado la hora de la verdad sin nombre, sin mensajero, sin mercantilismo ni al servicio de nada... ha llegado la hora de la verdad articulada en la razón a través del arte de la vida, de nuestros sueños y nuestra consciencia.
Cada uno de nosotros es la fuerza de lo que somos en conjunto.
No os menospreciéis, nadie sabe realmente de que va todo esto, nadie tiene respuesta para las preguntas esenciales, solo podemos aspirar a conseguir las respuestas entre todos, aportando nuestro arte, nuestra vida y trabajo, en paz, en libertad y con justicia para todos.
No lo harán los poderosos.
Nosotros somos la fuerza, está en nuestras manos.
La revolución del arte, de la vida, está en camino. Y no va ser televisada.
Está en el arte de la comprensión, de la empatía y la solidaridad. Está en lugares como youtube, flickr, o un blog cualquiera de cualquier rincón del planeta. Está en cualquier pintada de cualquier calle del planeta. Está en la selva, donde los indígenas gritan al mundo mediante los adelantos tecnológicos que nos fueron cedidos para comprar y vender más. Está en las redes de pares, que comparten con justicia, sin mirar a quien, sin pretender más beneficio que compartir y crecer. Está en el poder de que seamos libres de expresarnos a cualquier nivel, de crear sea cual sea el acto -artístico, laboral, social, sentimental…-, y no dudéis de que puede llegar un momento en que eso suponga una molestia para los que pretenden que no seamos más que marionetas. A pesar de ello la revolución está en camino y ya no van a poder pararla.
La revolución de un mundo de artistas, en el campo, en casa, en el trabajo, en el amor…
Solo el arte queda y tú eres arte. Solo tú decides como es tu composición, tu colorido o tu temática. Picaso dijo:
"Algunos pintores transforman el sol en una mancha amarilla y otros transforman una mancha amarilla en el sol"
Y de eso se trata. Muchos hacen arte en la ciencia, otros en el trabajo, otros en la diplomacia… algunos hacen arte la pintura o las palabras.
La revolución viene imparable y creadora, transformadora.
Rechacemos a Mammon, príncipe de la codicia. Entreguemos nuestra vida al arte de crear y dar, sea lo que sea.
Hagámoslo y la felicidad será entonces nuestro camino, porque la felicidad no es el fin, sino el medio. Liberémonos. Comencemos a crear. Tú eres arte, vida y revolución. Cree en tu consciencia y en que es tu “yo” hecho arte. Todos somos diferentes, irrepetibles e inigualables. Pero no dejes que otros tracen tu camino. Construyamos nuestro arte independiente, hagamos de esta locura giratoria otro mundo de arte revolucionario.
Solo tú eres el Mesías al que has estado esperando.
sábado, noviembre 14, 2009
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