Esta noche he soñado que tenía papás y que me llevaban al circo.
Yo estaba contenta y feliz. Mis papás estaban conmigo e íbamos a pasar una tarde juntos. El circo siempre me ha encantado. El colorido, el bullicio y la alegría del circo me parecen que son grandes regalos llenos de felicidad.
Lo que más me gusta son los payasos porque me hacen reir mucho, aunque a veces sus pinturas me asustan un poco. Yo creo que me reiría igual aunque no se pintaran. Después lo que más me entusiasma son los chimpancés. Son muy graciosos y también muy listos. Por otro lado me da pena verlos dentro de las jaulas grandes donde los tienen.
Iba a entrar ya al circo, cogida de la mano de mis papás, cuando me despertó un fuerte empujón. Era “el Tomate”, otro niño de la calle, que me advertía de la presencia de extraños en las cloacas. Despierta, me levanté y en silencio, acompañada del Tomate, nos escondimos.
Horas después, cuando ya no había peligro, me acordé del sueño, de mis papás por una noche y de las luces del circo. Yo no quiero tanto, me conformo con una cama limpia, una sonrisa amable y una muñeca grande.
martes, noviembre 10, 2009
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