sábado, mayo 05, 2007





La información distorsionada de los medios (a menudo propiedad de las corporaciones) y una cultura oficialista, escrita siempre por los vencedores, nos hace difícil saber si alguna vez existió una verdadera democracia en algún lugar. Lo cierto es que si existió hace mucho que dejó de ser real. La democracia actual es ficticia pues los verdaderos responsables de las organizaciones con poder no son elegidos y nadie nos informa de verdad sobre lo que hacen.Los estados han perdido su poder hasta verlo reducido a simples “acuerdos” de los que no se nos suele decir nada. Los tratados elaborados en los últimos tiempos (como el NAFTA, el GATT, OMC, NTM, AMI…) sirven para completar, paso a paso, el traspaso del poder a organizaciones antidemocráticas.Podemos seguir votando pero nuestros votos ya casi no tienen un poder verdadero. Las diferencias entre “derecha” e “izquierda” prácticamente no existen pues solo se puede elegir entre dos maneras de llevar a cabo un mismo modelo de sistema: el nuevo modelo de la esclavitud.Poco a poco la información se ha ido degradando y desapareciendo, al igual que la democracia, al ser desligada de todo contenido. Solo se nos venden modelos perfectos e imposibles de alcanzar. El empirismo, el escepticismo y la veracidad han sido prácticamente enterrados dando fe del coma profundo en el que está sumido el cuarto poder.

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