jueves, diciembre 31, 2009

jueves, diciembre 24, 2009

Al contrario de los múltiples mensajes que desean una feliz navidad, mi mensaje de hoy es un espacio para la reflexión, independientemente de si Jesús nació un 24 de Diciembre, o si festejamos el solsticio; o si solo festejamos la llegada de las ventoleras Decembrinas; adobadas con las ocurrencias de algún genio del marketing que nos vendió la idea de un ridículo viejo gordo con una riza forzada.

Independientemente de todo esto la navidad y el ano nuevo, son fechas que en general invita a estar juntos y celebrar; para algunos q hemos perdido a seres queridos en estas épocas es tal vez es la ocasión de aprender una nueva lección con ese maestro inefable que es el dolor.

A pesar de que el duelo es la explicación de un gran número de "tristezas navideñas", lo cierto es que para otras personas no existe tal razón. De hecho en palabras de algún prestigioso psicólogo "parece que rehuimos de la felicidad, la tristeza y la melancolía como de algo muy negativo, cuando en realidad se trata de emociones que nos aportan mucha información, si sabemos escucharlas". En otras palabras estos estados de melancolía sin causa aparente pueden emplearse como un medio positivo de conocimiento, en vez de como una mera fórmula para la autocompasión.

Nosotros q estamos en posición de manejar nuestra circunstancia podemos analizar realmente nuestro motivo de tristeza o felicidad pero demos una mirada a las calles de nuestro tercer mundo sudamericano.

Ya comienzan a reunirse en separadores de las avenidas y en las esquinas de las calles multitud de niños desplazados con la miseria es sus caras, pidiendo monedas, q en algunos caso ayudaran a mitigar el hambre diaria y en otros servirán para comprar "bóxer" o alguna otra droga barata q los saque de esa triste realidad.

Ya en las empresas y en los clubes se organizan colectas para llevar regalos a los "niños pobres", con raras excepciones filantropía de plástico de las castas más cercanas al dios dinero.

Ya se llenan los hospitales atendiendo a niños quemados con pólvora, o conductores ebrios moribundos, o simples personas q estaban en el lugar equivocado cuando uno de estos irresponsables o una bala perdida simplemente tuvo el desacierto de encontrarlos.

Ya lloran las madres, atormentadas por la imagen televisiva del reencuentro con el hijo amado, porque ellas saben q su hijo no volverá pues murió en una guerra fratricida sin sentido, o peor aun no sabe si vive pues hace muchos anos esta secuestrado.

Pero adelante veamos el lado bueno, mal q bien, una limosna es un día menos de hambre y un pedazo de plástico puede hacer la felicidad en la cara de un niño, mal q bien el marketing de esta época tiene mensajes positivos que propenden por el amor y la unión, pero esto es acaso suficiente, yo creo q no, que mas podemos hacer, que mas puedes hacer tu mi lector por mejorar un poco el entorno q nos toco en suerte.

La navidad tal como la propone el catolicismo es época de nacimiento, q tal el nacimiento de la conciencia social, del amor sin distingos de raza, credo o clase social. Que tal si comenzamos por el nacimiento del amor y la paz en nuestros corazones.

A los q han perdido seres queridos en esta época, solo me resta decirles q ellos terminaron su misión y si los recordamos con amor es por que lograron su cometido.

Así pues les agradezco a todos por las luces vertidas sobre este humilde taller, en la certeza de que algo hemos aprendido, y que con la ayuda de todos podemos seguir enriqueciendo nuestras mentes y nuestros corazones en pro de la humanidad.

Salud, fuerza y unión.

 

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